Poniendo a salvo la memoria de Pedreguer
- La recuperación de fotografías de décadas del siglo XX, entrevistas a personas mayores ya desaparecidas o eventos como la Crema y l'Escaldà han permitido a la Asociación Els Pòrxens guarnecer el patrimonio cultural de todo un pueblo a lo largo de años de gigantesco trabajo
Nacida hace ya 15 años con el nombre de uno de los edificios más emblemáticos de Pedreguer, Els Pòrxens se define oficialmente como asociación para la recuperación del patrimonio cultural de este municipio. Es decir, para poner a resguardo su historia. Y a eso se han dedicado sin parar a lo largo de todo este tiempo: a exposiciones fotográficas y producciones audiovisuales que rescatan palabras y rostros de generaciones que ya no están, a rutas guiadas para sacar a la luz arquitecturas y paisajes insospechados, a rehabilitar eventos sociales ancestrales…
La imagen que acompaña a este artículo no es así ficticia. No es de pose. En su sede, una magnífica casa de la calle Mestre Serrano, la gente que forma parte de la entidad no se cansa un momento de proponer más actividades para que el pasado de Pedreguer siga haciéndose hueco en el futuro.
El blanco y negro que retrata la vida de un pueblo
Una de sus actuaciones fundamentales según relata el presidente de Els Pòrxens, Miquel Noguera, ha sido recuperar las fotos antiguas de esta localidad, aquellas que relataron en blanco y negro los acontecimientos públicos pero también cotidianos de la vida del pueblo desde los albores del siglo XX hasta la década de 1970-75 y la llegada del color y la modernidad. Por eso han efectuado tres recogidas masivas de fotos entre la población que les ha permitido recobrar imágenes olvidadas durante lustros en un cajón.
Todas esas fotografías se tratan con rigor: a cada una se le dota de una ficha con la temática, la cronología, el autor y la persona que la ha aportado. El resultado es más que estimulante: la creación de un gran archivo visual de la memoria de Pedreguer que lleva realizándose desde 2011.
Además, una cita ineludible en la vida cultura de Pedreguer llega durante cada edición de las fiestas de julio, cuando Els Pòrxens inaugura en su sede una nueva exposición de fotografías siempre tematizada: sobre la agricultura o el comercio, celebraciones religiosas como els angelets (las comuniones), de la llata a la marroquinería, los árboles genealógicos de la población, la música (fue la del año pasado)…
Todas estas muestras constituyen impresionantes viajes a la génesis de Pedreguer. Una de ellas, la de los pedregueros por el mundo, rescató del olvido los éxodos obligados que provocó el duro siglo XX: 700 vecinas y vecinos del pueblo emigraron a América entre 1910 y 1920.
También se han dedicado exposiciones a las obras de fotógrafos locales: en 2015 a Rosita Fornés Marco, una creadora fuera de serie y la primera mujer fotógrafa profesional del municipio. Y en este 2024, a Luis Cabrera Pineda, cuyas imágenes, aún expuestas, recrean con extraordinaria viveza a través de fiestas, actos sociales o inauguraciones, pero también de simples excursiones o ágapes familiares, la Pedreguer de 1950 y 1960 y de quienes la habitaron. Cabrera fue así el retratista del poble. Lo que también le valió para eternizar los símbolos del poder de la época, jerarquía católica o guardia civil incluidos.
¿Se acuerda de cómo lo pasaban en la guerra?
Otra piedra fundamental en este muro de la memoria han sido 120 entrevistas a la gente mayor, comenzando por quienes superaban los 90 años y descendiendo después en edad. Constituyen un testimonio insustituible en el sentido más literal, porque por desgracia conforme pasaron los años muchas de esas personas fueron desapareciendo.
Pero sus voces describiendo cómo evolucionó Pedreguer quedan ya para siempre vivas, rememorando su infancia, el colegio, la Guerra Civil, la Iglesia, las fábricas que un día colmaron en este municipio, el trabajo en el campo… «Son los microrelatos que constituyen la historia del pueblo, nuestra propia historia a lo largo del siglo XX que ya está a disposición de investigadores, historiadores y docentes para el día de mañana» subraya Noguera.
De otra forma, todos esos testimonios se hubieran perdido: «Hoy por ejemplo ya no queda en el pueblo nadie que recuerde la Guerra Civil», subraya Vicent Ribes, autor de las imágenes de estas entrevistas cuyo guión corresponde a Juan Antonio García.
En este contexto audiovisual, se ha producido un hito este año: el estreno de L’aigua domada: el regadiu a Pedreguer, primer documental de Els Pòrxens producido por Droneamos: una aproximación al mundo del riego y los pozos que supusieron una revolución sin parangón. Fue un éxito: el día del estreno, el Espai Cultural se llenó con 400 personas y fue necesario convocar un segundo pase.
Paseos que hablan y otros que callan
Els Pòrxens ha salido además a la calle, con la creación de rutas por el municipio concebidas no solo para el visitante sino también para la ciudadanía local, que «muchas veces desconoce el patrimonio que existe en el pueblo o lo conocía de toda la vida ignorando sin embargo su historia, y se sorprende al descubrirla».
Son hasta 9 los itinerarios trazados por la asociación. Rutas de árboles monumentales singulares, de Pedra en sec, al Castell del Ocaive, la ruta morisca, el Pedreguer medieval, los riuraus, los pozos de aguas subterráneas o una de las últimas, de un nombre más que estimulante: De la conversa al silenci. O, lo que es lo mismo, del Llavador, atávico lugar de conversaciones y encuentros, al cementerio, con su sinuosa arquitectura mortuoria y por supuesto silenciosa.
De las masacres actuales a las del siglo XVIII
La entidad también impulsa reivindicaciones de carácter cívico como l’Encesa, el gran movimiento que prende de luz atalayas y torres de todo el Mediterráneo para clamar por quienes perdieron la vida en ese viejo mar cuando buscaban una nueva tierra de acogida tras abandonar a la fuerza la suya. En el caso de Pedreguer, se concreta con el encendido de Els Molinets.
Els Pòrxens también conmemora la Crema de Pedreguer a manos del ejército borbónico en 1705. La fenomenal represión que ejecutaron las tropas de Felipe V sobre todas las villas que apoyaron en la Guerra de Sucesión al archiduque Carles es más conocida por el gran público en los casos de Dénia o Xàtiva, pero otros muchos enclaves pagaron bien caro esa lealtad: también les sucedió a Xaló, Ondara o Verger. Los organizadores de esta actividad en Pedreguer realizaron el año pasado un viaje a la recreación más importante de aquel conflicto bélico, la de la Batalla de Almansa.
El arquitecto que trazó iglesias fuera de casa
Y es que otra finalidad de la asociación es trascender fronteras. Intercambiar conocimientos con otras asociaciones (mantienen contactos con entidades de Monòver, Elx, o Callosa d’En Sarrià) o seguir las huellas que personalidades de Pedreguer dejaron en otras latitudes.
Un buen ejemplo de esto último son los viajes organizados para visitar aquellos municipios donde existen obras concebidas por el gran arquitecto de Pedreguer Antoni Gilabert (1716-1792), quien reinventó la catedral de València para darle su impronta neoclásica. Gilabert también proyectó iglesias, templos y capillas en Nules, Torís, Xestalgar o Callosa d'en Sarrià.
Una escaldà que es una fiesta
Otro hito es la celebración de un acontecimiento festivo y reivindicativo a la vez, la Festa de l’Escaldà, que se realiza en uno de los riuraus que la familia García ha conservado para Pedreguer, el de Borissa.
Juan Antonio García rememora cómo durante más de dos siglos la agricultura de secano basada en la pansa constituyó la seña de identidad del territorio hasta que sus sucesivas crisis y la irrupción del regadío de la naranja trastocó para siempre el paisaje. Pero en 2019, Els Pòrxens volvió a encender el horno para escaldar y culminar el proceso depositando los canyissos con el raïm moscatel en el sequer al abrigo del riurau.
Se reivindica pues ese atávico rito agrícola y se rehabilitan las faenas que lo hicieron posible: por eso, se organizan talleres de canyissos, de llata y de canyabadà. Es también una fiesta: se canta y baila a ritmos de acordeón canciones tradicionales de la Marina Alta. «Por eso es quizás la escaldà más completa de la comarca».
El museo soñado
Toda esta labor posee una vocación científica gracias a la implicación en Els Pòrxens de dos expertos que no necesitan presentación en la comarca como son los arqueólogos Josep Marqués y Pasqual Costa. Y con un destino: que los trabajos de recuperación de la memoria y todo el material aglutinado vaya al futuro museo proyectado en el municipio.
Será una de las culminaciones al trabajo de casi de toda una vida, el de una entidad compuesta por unos 60 socios (obligado es nombrar también al vicepresidente Vicent Martí y a la secretaria Silvia Costa) que no están solos: además del aval social de la población, cuentan con el apoyo «incondicional» del ayuntamiento y de la Fundación Server i Pérez de Rolser.