La memoria de un pegolino exiliado en México tras la Guerra Civil regresa a casa
- El Archivo Municipal recibe una donación de documentos personales de Fernando Monzó Quilis: fue hijo del alcalde Felipe Monzó Quilis, juez de instrucción de Alicante y tras la contienda huyó al país centroamericano, donde inició una nueva vida como joyero
- La nieta, de visita a España, ha sido la encargada de ceder cartas, pasaportes, documentos de identidad: «Mis abuelos jamás regresaron a Pego»
Una memoria cobijada de nuevo en casa después de muchas décadas de atravesar el difícil siglo XX. El Archivo Municipal de Pego ha recibido una donación de documentos personales de Fernando Monzó Quilis. Se trata de un pegolino, hijo de Felipe Monzó Quilis, teniente de la Guardia Civil y alcalde socialista en este municipio entre marzo de 1938 y febrero de 1939. Es decir en plena contienda.
Fernando Monzó ejerció de juez del Juzgado de Instrucción de Alicante antes y durante la Guerra Civil. Una vez finalizado el conflicto se vio obligado a exiliarse a México por la
represión en el año 1941. Lo hizo solo, partiendo desde el puerto de Alicante y dejando
en Pego a su familia (padres, hijo y esposa, Maria Alcina Morell). Ésta última también emigró, tiempo después, para reunirse con su esposo en al otro lado del océano Atlántico.
Allí, en Ciudad de México, la pareja tuvo que empezar de nuevo. Pese a que Monzó era
abogado de profesión, inició un negocio de joyería que posteriormente heredó su hijo
Fernando Monzó Alcina.
Hablando valenciano en Ciudad de México
Pese a que siempre tuvo en su memoria su lugar de origen, Fernando y Maria nunca
pudieron volver a visitar Pego. Si lo ha hecho, ya en repetidas ocasiones, su nieta Rosa
Monzó, quién ha sido la encargada de donar la documentación de sus abuelos al Archivo Municipal: «Creo que es el mejor lugar en el que pueden estar estos documentos, para que se pueda conocer un poco más la historia de mis abuelos, que siempre estuvieron muy orgullosos de su pueblo. De hecho, siempre nos hablaron de él y mantuvieron el valenciano en casa, para que sus hijos y nietos lo conociesen», ha señalado.
Entre los documentos cedidos hay pasaportes de la pareja, certificados, fotografías,
cartas de familiares e incluso objetos como un encendedor. “Estamos muy agradecidos a Rosa por habernos cedido todos estos documentos de una persona que tuvo un papel
relevante en nuestro municipio durante los años de la Guerra Civil y los posteriores al
conflicto. Una persona que se vio obligada a huir de su pueblo, de su país y dejar atrás a
su familia para poder escapar de una muerte segura. Con la historia de Fernando y Maria podemos recordar cómo fueron aquellos años convulsos para intentar que nunca más se repitan”, apuntó por su parte la concejala de Memoria Histórica, Laura Castellà.