• Vecinos muestran su inquietud por el paradero de los restos de la villa romana del siglo I que la promotora del complejo residencial de l’Estanyó, que ha cambiado para siempre este tramo de primera línea, debía musealizar

El complejo residencial desde la playa. Abajo uno de los supuestos restos arqueológicos.

FOTOGRAFÍAS DE TINO CALVO

Otro tramo de la costa de Dénia que ha cambiado para siempre. Un simple paseo por la orilla de la playa del litoral norte permite distinguir una nueva muesca en forma de flamantes construcciones en la fachada marítima más selecta de la ciudad: se trata de los tres bloques con un total de cien viviendas del Residencial l'Estanyó Vil·la Romana, que lleva adelante el grupo inmobiliario Victoria Playa en esa primera línea.

Dos de los edificios ya están concluidos: como subrayó la propia mercantil por las redes sociales, los primeros inquilinos ya han podido habitar este verano esos inmuebles cuyos precios oscilan entre los 800.000 euros de los áticos y los 289.000 de los pisos más pequeños También se halla en estado de revista la piscina, a escasa distancia de la playa.

La piscina y dos de los bloques concluidos. Abajo, la zona aún por urbanizar.

Falta por concluir el tercer bloque, el que de espaldas al mar se encuentra más a la izquierda, y que todavía es una estructura de hormigón enmarcada por una grúa de grandes dimensiones: aquello ahora mismo es un marasmo de operarios, palés con material de obra, depósitos, casetas y hasta una gran cantidad de troncos apilados.

Un gran hallazgo histórico

Pues bien, esta parte del complejo residencial inconclusa es importante por otro motivo: delante de la misma, la promotora debía dejar a la vista a través de un proyecto de musealización parte de una gran villa romana cuyos restos arqueológicos más antiguos se remontan a los siglos I y II y que se dedicaba a la producción de aceite en la era de Dianium. Su localización tras unas excavaciones, allá por 2007 en estos terrenos ahora urbanizados, constituyeron un impresionante hallazgo histórico.

Es decir, que no se trata solo de una urbanización más que simboliza el auge que de nuevo vive la construcción en Dénia, que también. Se encuentra en la obligación además de conservar uno de los testimonios arquitectónicos más trascedentes de la memoria milenaria de una ciudad.

Otro de los vestigios romanos que quedan.

Eso ya ha sucedido con otros proyectos urbanísticos en otras partes del municipio, que también se han visto obligadas a preservar vestigios protegidos ubicados en los terrenos privados donde desarrollan sus complejos. Fue el caso del complejo Nerva, ubicado junto al Camí d’Aranda, y que ha integrado una mansión victoriana y un lienzo de muralla islámico del siglo XII. O del Espacio Alquería, junto al Camí de Sant Joan, que guarnece una casa centenaria vinculada al moscatel así como un ficus centenario de más de 20 metros de altura.

Y, ¿en l'Estanyó?

Y lo mismo debe hacer en esta costa de Dénia la inmobilaria del Residencial l'Estanyó Vil·la Romana con ese yacimiento de dos mil años de antigüedad, aunque en este caso no exactamente en el interior de la urbanización sino limitando con la valla exterior, en la parte más próxima al Mediterráneo.  No en balde, el complejo lleva su nombre.

Pero aquí han surgido las inquietudes de los vecinos, que aseguran que buena parte de los antiguos vestigios han desaparecido y que por el momento no hay signos de ese museo al aire libre. Es más, el profano que visite la zona apenas repararía en esos restos. En los que quedan. Han de ser los residentes que se conocen el paño los que los muestren, camuflados entre la vegetación de las dunas.

Eso no quiere decir que los últimos testimonios del yacimiento hayan desaparecido para siempre. Cabe la posibilidad de que la promotora haya retirado de forma provisional esos elementos, para preservarlos mientras concluyen en esta parte del recinto los trabajos de construcción, con el fin de devolverlos después al emplazamiento previsto y que queden a la vista. O que estos sean los únicos que existan. Este periódico contactó con el grupo inmobiliario para preguntarle cuál era el camino a seguir, pero no ha obtenido respuesta. 

Del ayuntamiento a Madrid

Por su parte fuentes del Ayuntamiento de Dénia advirtieron de que el asunto es serio. Que no depende solo de la buena voluntad de la promotora. Y que la licencia que se otorgó en su día para el complejo está condicionada a ese proyecto de musealización, ya aprobado por el área municipal de Cultura.

Ahora bien, las mismas fuentes matizaron que las obras para ese pequeño museo deben ser autorizadas por el ministerio porque están afectadas por la Ley de Costas. Es una autorización que debe pedir la propia empresa y es posible que todavía no la haya obtenido: hasta que no llegue no se puede ejecutar esa actuación de preservación histórica. Así que paciencia.

Sin embargo, esas respuestas no despejan todas las incertidumbres: no aclararan si se han trasladado los vestigios ni por qué los que hay carecen de cualquier tipo de protección o puesta en valor.

Uno de los carteles que se encuentra en la propia obra.

En sus carteles, expuestos desde hace años, el grupo inmobiliario sí que mantiene que habrá un yacimiento a la vista y hasta sitúa su emplazamiento con un llamativo localizador rojo.

Lo que han hecho las otras promotoras

Ahora bien, es curioso que a la hora de comercializar los pisos, y más allá de lo del nombre del complejo aludiendo a la villa de l'Estanyó, no existan referencias a la existencia del yacimiento como gancho para atraer clientes.

Las otras urbanizaciones que se hallan en una situación similar sí que han utilizado esos vestigios como estrategia de venta al entender que vivir al lado de una huella andalusí o victoriana bien conservada le gusta a cualquiera. L’Espai Alqueria utiliza ese ficus gigantesco como símbolo de su promoción. Y en abril, la promotora del Nerva anunció orgullosa que haría visitable la muralla islámica del siglo XII también a los no residentes.