Una catedral del Paleolítico: las excavaciones vuelven a la Cova Fosca de la Vall d'Ebo en el 40 aniversario de su descubrimiento
- A pesar de que en 1984 se convirtió en el primer yacimiento con arte parietal paleolítico descubierto en el Este peninsular, con ocupaciones de hace al menos 14.000 años, las investigaciones nunca habían sido retomadas en cuatro décadas
- Ahora y durante los próximos 4 años, las campañas arqueológicas que reunirán a 16 investigadores de 9 universidades nacionales e internacionales
Hay lugares que contienen milenios de historia que nunca hay que olvidar. Cuatro décadas después del descubrimiento de grabados paleolíticos en el yacimiento de Cova Fosca, ubicado en la Vall d'Ebo, este verano se han reanudado los trabajos arqueológicos en la cavidad, dirigidos por investigadores de las universidades de Alicante, Zaragoza y Bournemouth. La primera de estas campañas de excavación se ha desarrollado, del 30 de junio al 22 de julio, con la participación de catorce estudiantes de las universidades de la capital alicantina y la aragonesa así como de Southampton y Cantabria.
«El principal objetivo de esta primera campaña es valorar el potencial del yacimiento, que se supone de gran importancia a tenor de los resultados de un pequeño sondeo realizado en los años 1980», ha subrayado Aitor Ruiz-Redondo, profesor de Prehistoria e investigador del Instituto Universitario de investigación en Ciencias Ambientales de Aragón (IUCA) de la Universidad de Zaragoza, quien dirige el proyecto PHOSCA (Prehistoric Human Occupations and Symbolism in Cova FoscA), junto a Virginia Barciela (Universidad de Alicante) y Marc Vander Linden (Universidad de Bournemouth).
De los últimos cazadores a los primeros agricultores
«A pesar del gran potencial arqueológico revelado por ese primer sondeo, las investigaciones del yacimiento nunca habían sido retomadas. Es una oportunidad única de estudiar, en un mismo enclave, los dos grandes períodos que caracterizan su secuencia arqueológica: las últimas sociedades cazadoras recolectoras y las primeras sociedades productoras de la Península, y poder así contextualizar la actividad simbólica de estos grupos", señala Barciela.
Aquella primera intervención a mediados de la década de los ochenta fue ya emblemática: sacó a la luz grabados paleolíticos, descubiertos en julio de 1984 por miembros del Centre d'Estudis Contestans. Por tanto, se convirtió en su momento en el primer yacimiento con arte parietal paleolítico descubierto en el Este peninsular. Miembros de dicha institución, dirigidos por el catedrático de la Universidad de Alicante, Mauro S. Hernández, documentaron los grabados y realizaron un pequeño sondeo de 1x1m.
A pesar de su reducida extensión, aquellos trabajos iniciáticos revelaron la existencia de un yacimiento de, al menos, 3 metros de potencia que incluía ocupaciones que abarcaban, al menos, desde el Paleolítico Superior a la Edad del Bronce, destacando unos ricos niveles del Paleolítico Superior Final (entre hace aproxidamente 14000 y 11000 años) y del Neolítico Antiguo (entre 7500-7000 años).
A pesar de que la Cova Fosca tiene la consideración de Bien de Interés Cultural (BIC) y está incluido en la Lista de Patrimonio Mundial de la UNESCO desde 1998, no ha sido hasta este año cuando ha dado comienzo un proyecto de excavaciones extensivas y de estudio integral del yacimiento.
Una jornada de puertas abiertas
Entre las actividades realizadas durante esta campaña, que incluyen el desarrollo de las primera excavación en extensión, así como el procesado de los materiales arqueológicos y varias tomas de muestras para la realización de distintas analíticas, tuvo lugar una jornada de puertas abiertas, el sábado 13 de julio, en la que más de medio centenar de personas de todas las edades pudieron conocer de cerca los trabajos que se están desarrollando en la cueva, así como observar in situ la realización de las tareas arqueológicas de excavación y documentación del yacimiento.
El proyecto PHOSCA incluye un análisis integral del yacimiento y de sus diferentes periodos de ocupación en su contexto geográfico y cronológico, además del estudio de su arte rupestre y su contexto arqueológico interno. Se desarrollará, al menos, durante los próximos 4 años, reuniendo a 16 investigadores de 9 universidades nacionales e internacionales (Alicante, Zaragoza, Bournemouth, Pisa, Burdeos, València, Las Palmas, Valladolid y Autónoma de Barcelona). Este proyecto cuenta con la colaboración del ayuntamiento de la Vall d'Ebo, la Universidad de Southampton y la British Academy, además de las instituciones de origen de los tres codirectores.