• El grupo polifónico confirma su crecimiento constante, tanto en el número de integrantes, trece  voces femeninas y doce masculinas, como en el de espectadores

JULIO MONFORT

El Concierto de Primavera que el pasado sábado ofreció en Dénia el Grupo Polifónico Cadenza supuso un recorrido por algunas de las canciones más archiconocidas e inolvidables de la segunda mitad  del siglo pasado, las que marcaron una época y  a toda una generación. Fue una forma de estimular la memoria colectiva con unas composiciones de diversos estilos que la inmensa mayoría del público sabia tatarear, un público que casi abarrotó el patio de butacas del Centro Social y que se mostró entusiasmado con la actuación del grupo que dirige Silvia Peña con el acompañamiento al piano de Lellany Lizana, arreglistas ambas a su vez de las piezas interpretadas.

Con su Concierto de Primavera el grupo Cadenza constató un crecimiento constante, tanto en el número de integrantes, trece  voces femeninas y doce masculinas, como en el de espectadores. Con un repertorio novedoso, menos clásico que en audiciones anteriores y con piezas mucho más conocidas para el gran público, el concierto arrancó con “Caminante no hay camino”, del poemario “Cantares” de Antonio Machado que Joan Manel Serrat musicó en 1969, y la no menos simbólica “No dudaría”, el canto contra la violencia que Antonio Flores compuso en 1980.

Después vino “Bésame mucho”, el gran clásico de Consuelo Velázquez (1940)  y el “Aleluya” de Leonard Cohen (1984). La audición volvió a retroceder varias décadas, hasta 1935,   con “El día que me quieras”, una de las más celebres canciones de Carlos Gardel. A modo de anécdota o coincidencia casual, indicar que esta misma canción fue interpretada el día anterior, en el mismo escenario por Sheila Blanco y Federico Lechner, en  su fusión de jazz-tango en el contexto del programa “En femení” que promueve la Concejalía de Cultura.

Entre lo más exitoso  de los setenta no podía faltar el grupo Abba. Cadenza interpretó “Dancing Queen” y “Gracias por la música”. De regreso a España, el tema “Cuéntame”, de Fórmula V (1969), conocido luego por otras generaciones como sintonía de la histórica y casi eterna seria televisiva del mismo título.

Con un nuevo salto geográfico, “California Dreams”, del estadounidense grupo Mamas & the papas (1965) y la coetánea “What a wonderful Word”, del inmortal cantante y trompetista Louis Armstrong. Y tras volver a Europa con el “Volare” que en 1958 consagró a Doménico Modugno, la pieza final a ritmo de palmas y con más movimiento fue “Ain´t no sunshine”, una de las canciones, compuesta por Bill Withers, que lanzó al estrellato a Michael Jackson en 1971, y en la que Luis Llamas se marcó un solo con baile incluido. Otras voces que en algún momento del concierto intervinieron como solistas fueron las de José Manuel Pourto y David Izquierdo.