EDITORIAL

• El gobierno local se ha metido en un lío que ha sentado muy mal en Pedreguer y Gata, pero en vez de hacer autocrítica arremete contra la prensa y hasta contra la CHJ

El edil de Aguas José Marcos Pons pasa ante el pleno de este lunes.

El concejal de Aguas de Aguas, José Marcos Pons, de Vox, le reconoció este lunes al portavoz socialista, José Chulvi, que «ningún pueblo» de la comarca le ha pedido agua de la desaladora frente a la sequía. Sin embargo, Pons admitió que el pasado viernes, durante la conmemoración del Día Mundial del Agua, el gobierno de Xàbia informó de la posibilidad de hacer obras para poder llevar «en caso de necesidad» ese abastecimiento a Pedreguer y Gata. Esta semana todavía ha fortalecido más la idea.

Lógicamente si tú dices que tienes suministro para esos dos pueblos das a entender que los dos lo están pasando mal. Pero no es el caso. Ambas localidades tienen sus deberes hechos y caudales de reserva. Además no sufren problemas de masificación turística, que es donde está el problema. Gata ha invertido en ese empeño solo en el último año 1,5 millones de euros. Pedreguer tampoco ha parado de realizar obras hídricas. Se ha creado en las dos localidades una alarma injustificada por las afirmaciones de otro municipio, Xàbia, que no tiene porqué meterse en los asuntos de los demás.

Sin embargo en el pleno de este lunes, Pons no se ha disculpado por haber puesto en duda la solvencia hídrica de sus vecinos. Tampoco ha rectificado al consejero de Vox en la empresa pública Amjasa, Juan Moragues (alcalde de Xàbia por el PP durante muchos años), quien dijo a las bravas que «Pedreguer y Gata no pasarán sed».

Pons le ha echado la culpa de todo a la prensa por haber cumplido con su obligación y haber publicado lo que PP y Vox dijeron el pasado viernes que además era lo mismo que seguían diciendo este lunes. A su juicio, los medios de comunicación no han entendido que lo que él quería decir es que Xàbia será solidaria con el resto de la comarca. «Solidarios, solidarios y solidarios». Lo ha repetido tres veces. Vamos que lo de Pedreguer y Gata se dijo solo a modo de ejemplo. Aunque eso significara meterle el miedo en el cuerpo a los vecinos.

De un medio a cuatro

Al principio Pons ha intentando culpar solo a un medio. Adivinen cuál. Le ha dicho al portavoz del PSOE José Chulvi que «esas palabras [sobre Pedreguer y Gata] las ha leído usted en un medio de comunicación porque solo lee ese medio, se ve que es el que le gusta a usted. Otros medios no han dicho nada. Pero este debe ser su favorito».

La alcaldesa, la popular Rosa Cardona, ha intervenido para avivar más el fuego: «Ese medio ha sacado una frase de contexto y desgraciadamente en su afán protagonista y sensacionalista corta las conversaciones a su interés y crea alarma innecesariamente».

Chulvi ha contestado que la noticia no la leyó en un medio sino en dos: Levante y la Marina Plaza. Por este orden. Después ha especificado que también lo han publicado dos periódicos más, Canfali y Xàbia al Día. Pueden consultarlo en los enlaces. Ahí ya el concejal de Vox y la alcaldesa han callado. Resulta que ya no era solo un diario. Una cosa es criticar a un periódico que disfruta manipulando la información y otra decir que lo hacen todos.

El regidor socialista Josep Vicent Miralles ha dicho que nunca había oído en un pleno un ataque tan impresionante contra la prensa: «Es algo inédito, es la primera vez que siento insultar a la prensa tachándola de alarmista y sensacionalista e insultar a su profesionalidad asegurando que meten la tijera, que es lo mismo que decir que mienten voluntariamente para hacerle daño a su gobierno».

Chulvi le ha preguntado al concejal de Vox cuál era el medio que a su juicio habría tenido que leer para informarse verazmente. Pons le ha contestado, «lea el que más le gusta, yo no leo ninguno, no tengo tiempo». Es decir que el regidor voxista critica lo que publican periódicos que él no tiene tiempo de leer.

Una mala costumbre de algunos gobiernos locales es asegurar que aquellos medios que publican informaciones críticas con su gestión están a nómina de la oposición. El ejecutivo de Xàbia debería saber que eso no es cierto: estaban en la oposición cuando este periódico, como era su obligación, publicó noticias críticas con el anterior gabinete del PSOE. Y publicó bastantes. Eso se llama libertad de expresión.

«Yo no conozco a esos alcaldes, serán sus amigos»

Por si lo de los periódicos no acababa de sonar convincente, Cardona y Pons han buscado otro culpable: la Confederación Hidrográfica del Júcar, que la pasada semana abrió la puerta a que la desaladora de Xàbia abastezca a los pueblos que peor lo están pasando. La alcaldesa lo ha explicado así: ««Se supone que los primeros son los pueblos vecinos como Pedreguer y Gata, no vamos a empezar por Llíber, que está más lejos».

Cardona ha vuelto así a nombrar a los municipios que se supone que la prensa no debería haber nombrado. Parecía imposible pero puede que el cabreo de los alcaldes de Gata, Josep Signes, y Pedreguer, Sergi Ferrús, aún vaya a más. La portavoz de Compromís, Carme Català, ha dicho que los dos (son de su partido) ya están indignados. Pons no ha demostrado demasiada empatía por ellos: «No sé cómo estarán, no los conozco, usted sí, que son sus amigos, pero si no quieren nuestra agua que nos manden un escrito y si están tan tristes que hablen con la CHJ».

El error de este periódico fue publicar opiniones del gobierno de Xàbia sobre otras localidades sin contrastarlas. No volverá a suceder.

Todo esto no ayuda a aclarar qué pueblos necesitan realmente el suministro de Xàbia ni cuánta agua puede vender este municipio una vez asegurado su propio abastecimiento. O sea, saber qué significa realmente que Xàbia será solidaria. Eso parecía lo importante.