Tres mil personas de toda la Marina Alta claman contra el macropai de Llíber
- La manifestación convocada por plataforma Salvem la Vall consigue un multitudinaria apoyo de la ciudadanía de la comarca
"Todo un éxito", así ha calificado Salvem la Vall la manifestación que se ha celebrado en Llíber esta mañana y que ha recorrido durante hora y media las calles de Llíber para finalizar en la Plaça Major. El acto, que ha transcurrido con total normalidad, sin que se haya producido ningún incidente, ha tenido el apoyo de entidades como la COS, CCOO, ACPV, Escuela Valenciana y AGRÓ, acompañadas de más de 80 organizaciones de la sociedad civil comarcal y nacional. Los manifestantes, unos 3.000 según la organización, han exigido justicia ante un proyecto urbanístico que supondría graves consecuencias medioambientales, paisajísticos y socioeconómicos si se llevara a cabo.
Bajo lemas como «hagamos latir el Valle, decimos NO al PAI Medina», «sin agua no hay vida, sin paisaje no hay identidad», «con sed de seguir siendo pueblo», «protejamos nuestro patrimonio, nuestra herencia», miembros de Salvem la Vall han leído su manifiesto, en el que se explican las irregularidades del proyecto, así como la pérdida de biodiversidad, alteración de los ciclos hídricos, pérdida del patrimonio cultural, contaminación, el deterioro del suelo y el riesgo de incendios que comporta la construcción del macro-PAI.
También se ha recordado la historia de lucha popular contra la depredación urbanística en la comarca, desde el Puig de la Llorença, pasando por el Penyal de Ifach, Callosa d'en Sarrià o Parcent; y se ha incidido en la necesidad de proseguir esta lucha, tanto en contra del macroPAI de Llíber como del PAI Peña Roja en Pego, la Pineda en Teulada, eXàbia y a la Llobella en Benissa. Además, se ha recordado que, incluso después de 8 años de gobierno valenciano progresista, no se ha conseguido blindar el territorio, abriendo así la puerta a la avalancha de proyectos de especulación, depredación y sobreexplotación como la que sufrimos actualmente.
Por otro lado, se ha exigido la detención total y definitiva de la macrourbanización, la reconversión del sector turístico de masas en un turismo sostenible y regenerativo, la implementación de políticas hídricas sostenibles que prioricen la gestión sostenible de nuestros recursos; la implementación de políticas públicas de vivienda social y de integración cultural, y el reconocimiento como sujetos y titulares del derecho colectivo como bioregió.
El impacto de un macro proyecto urbanístico
En la movilización social generada en contra del PAI Medina se libran cuestiones trascendentales, tanto en lo medioambiental como en lo socioeconómico, para el futuro de Llíber, la Vall de Pop y la Marina Alta. De ahí que a la manifestación convocada por la plataforma Salvem la Vall se hayan adherido más de 70 entidades de toda la comarca y la Comunitat Valenciana.
El programa urbanístico tendría un indudable impacto a nivel local. No hay que olvidar que Llíber ronda los 1.000 habitantes, por lo que sumarle 488 viviendas de golpe remueve sin duda un modelo de pueblo y trastoca su forma. De hecho, la superficie del PAI (406.000 m2) es tres veces y media la que tiene actualmente el núcleo urbano (120.000 m2). A eso hay que añadir el destrozo de un paraje natural como la Muntanya Llarga que se poblará de viviendas. O el notable incremento del consumo hídrico asociado a esas casas (cada una de ellas con piscina privada), en una zona que en los últimos años ha padecido incontables problemas de abastecimiento.
A este respecto, calcula la plataforma Salvem la Vall, catalizadora de todo el descontento social generado por el PAI, que el consumo hídrico se duplicará en la Vall de Pop si se ejecutan los 488 chalés de lujo, que ya comercializa su promotora a partir de 900.000 euros cada uno.
Un plan de la burbuja inmobiliaria
Y es que el PAI Medina de Llíber no parece estar acorde en absoluto, por lo dicho, a las normativas urbanísticas y medioambientales actuales. Y no es casualidad, pues se trata de un plan urbanístico anterior a la burbuja inmobiliaria.
Su tramitación se inició nada menos que en 1990. Han pasado 34 años. Salvem la Vall ha denunciado que su declaración de impacto ambiental, que data del año 2000, está "caducada" y "no se adecua a las normativas estatales y europeas". Por otra parte, un juzgado decretó la paralización hace unos pocos meses, a raíz de una denuncia de Compromís ante el inicio de las obras para la red de saneamiento de la urbanización. Nada de eso, sin embargo, ha impedido que la promotora siga adelante con las obras.
En el siguiente vídeo, Salvem la Vall hace cronología de estos 34 años de trámites en los que observa distintas "irregularidades":
De aquí a Semana Santa no va a llover, declararán sequía y sin agua no hay construcción.
Te respondo en castellano. porque también es una lengua muy clara y, en el fondo, la prefieres
No solo sabemos contar, sino también leer, incluso pensar. Sabemos incluso algo de Historia, sabemos que nuestras abuelas y abuelos eran auto-suficientes. Ahora, aparte de necesitar un auto, necesitaras 168 millones de pesetas, para vivir como te gustaría, con una piscina llena del agua que has robado a la gente que intenta sobrevivir en su propia tierra.
En otras palabras, como en Palestina pero (de momento) sin armas de fuego
Tendriamos que ir pensando, para resolver el problema, que las peleas, al final, aunque sea mas débil, las acaba ganando quien tiene la razón.
De otra manera, nunca, NUNCA, habrá paz
Els teus avis no volen que un que parle castellà els defense.
Sabeu contar?