La recuperación de un verdadero tren Dénia-Gandia nunca estuvo tan lejos en 50 años
MEDIO SIGLO SIN TREN
- Hartazgo social: El Ministerio mantiene bloqueado el proyecto desde 2016 y la sociedad civil ya no cree en él: no se ha convocado ni un solo acto para conmemorar este medio siglo y la última manifestación acaeció hace siete años
- Pesimismo político: «Estamos igual de lejos de lograr el tren que hace medio siglo», dice el alcalde
- La alternativa del tranvía, no ilusiona: hay muchas dudas de que sirva para llegar a València en un tiempo razonable
Allá en 2014, cuando se celebraron los cuarenta años del cierre de la línea Dénia-Gandia, todavía quedaban esperanzas de recuperar alguna vez esa conexión como un verdadero tren de cercanías de vía ancha. Es más, fue entonces cuando se publicó el estudio del Tren de la Costa que incluía al fin la conexión entre la Marina Alta, la Safor y a la postre València. Es verdad que ya antes se habían realizado otros estudios, como el de viabilidad de 1998, pero parecía que con el de ahora el asunto iría en serio. No fue así.
Una década después, y cuando este sábado se cumplen los 50 años de la pérdida de aquella añorada línea que un día comunicaron Dénia y la Marina Alta con el resto del mundo, aquel estudio continua bloqueado en el Ministerio de Transportes. Ni una traviesa. Ni un euro para empezar obra alguna.
El hartazgo se ha adueñado de la sociedad civil. También de la clase política. Era de esperar que en una fecha tan redonda como son cincuenta años se hubieran organizado actos reivindicativos a medio camino entre la añoranza de la comunicación perdida y la exigencia de que se recupere. Nada. Silencio absoluto. Ni una columna de opinión. Ni una declaración salvo que preguntaran los medios de comunicación.
De 10.000 personas a 3.000… y a cero
Solo se emprende una lucha cuando hay posibilidad de victoria. Y tanto en la calle como en los despachos ya no se atisba ninguna. La manifestación más multitudinaria por el tren acaeció en enero de 2010 en Dénia: participaron 10.000 personas de toda la comarca. Era otra época: durante los lustros anteriores tanto la Generalitat como el Gobierno, tanto del PP como del PSOE, prometieron tantas veces el tren que se pensó que solo hacía falta un empujón para impulsarlo. Y la calle respondió.
Pero siguieron sin hacerle caso. Luego vino el estudio de 2014 y dos años después, en 2016, el varapalo: el entonces Ministerio de Transportes dijo que la conexión no era rentable. Fue el golpe de gracia. En mayo de 2017 se convocó otra protesta en La Via de Dénia a la que acudieron ya solo… 3.000 personas. Fue la última movilización: han pasado ya siete años sin que la calle responda. Es muchísimo tiempo. No quedan fuerzas. Sobra escepticismo.
Las mismas palabras una y otra vez
48 años de la desaparición del tren Dénia-Gandia y de un aluvión de promesas que hoy causan sonrojo
A pesar de que el ministerio ha demostrado sin tapujos que no cree en este tren, en teoría ha seguido tramitándolo. En 2016 recibió las alegaciones al trazado de los municipios implicados y se puso a redactar la evaluación ambiental. Y tanto tiempo después sigue en lo mismo. Al menos se le ha preguntado en tres ocasiones, en el Senado en 2017, desde el Ayuntamiento de Dénia en 2019, y nuevamente en la cámara alta en 2023 y el Ejecutivo de Madrid ha contestado siempre lo mismo y con las mismas palabras: esa evaluación continúa redactándose.
Con todo ello, no es en absoluto exagerado afirmar que en realidad desde 1974 nunca o casi nunca ha existido, especialmente desde el Gobierno central, voluntad de ejecutar esta vía ancha. Así lo corroboró hace unos años un experto en la materia como es Vicent Ferrer en un artículo publicado en este periódico.
Y así lo certifica ahora el propio alcalde de Dénia, el socialista Vicent Grimalt. La Marina Plaza le preguntó este viernes, un día antes de este triste 50 aniversario lo siguiente: «¿Es este el momento en el que nos encontramos más lejos de recuperar el tren?». Grimalt respondió: «Estamos igual de lejos que hace 49 años y 364 días. Lamentablemente igual». Poco que añadir.
Tranvía suena demasiado a TRAM
Hay más signos de que Madrid nunca hará este ferrocarril. Durante su última etapa en la Generalitat, el president Ximo Puig llegó a proponer que la conexión se hiciera a través de la colaboración público-privada, que en plata quiere decir que sean los empresarios los que hagan las obras y recuperen luego el dinero con la explotación. Un síntoma de que con capital público del Estado el proyecto hace aguas.
Después, Puig anunció que la propia Generalitat ejecutaría un tranvía entre Dénia y Gandia, otra prueba evidente de que el tren se había que dado por perdido. Su sucesor, el popular Carlos Mazón, también anunció un tranvía ya incluso antes de liderar el Consell y ahora que lo lidera asegura que se están realizando los estudios para que pueda ser una realidad esta legislatura.
Ahora bien, un tranvía no es lo mismo que un tren. El mismo Mazón en su visita a Dénia en diciembre dijo que pese a todo había que seguir luchando por el Tren de la Costa. Grimalt coincide: «Un tranvía puede servir para unir a los pueblos y a las personas en distancias muy cortas pero lo que necesitamos es un tren de cercanías que atienda de verdad nuestras necesidades y permita desplazarse a València en un tiempo razonable».
Es decir que sirva para ir a trabajar o a estudiar a la capital autonómica. Por el contrario el tranvía suena a TRAM. Y ya es sabido lo que tarda el TRAM de Dénia a Alicante: tres horas.
«Ir para volvernos como siempre»
Es quizás por eso que Dénia no va a arrojar la toalla. Grimalt añadió que está pendiente de que la delegada del Gobierno en Alicante le gestione una nueva entrevista en Madrid. Aunque las expectativas son nulas: «Mucho me temo que volveremos como siempre hemos vuelto».
Lo que lamenta el alcalde es que con el tren exista la misma unidad política en la comarca (PSPV, PP, Compromís, independientes) que fue capital para lograr la reversión del Hospital, pero que en cambio aquí no se logren avances: «No hay voluntad, sea quien sea quien gobierne en Madrid».
También el presidente del Cercle Empresarial de la Marina Alta (CEDMA), Benito Mestre, ha subrayado que «es necesario un tren de media o alta velocidad porque sin él somos menos competitivos». Y eso sostienen asociaciones de vecinos, familias, estudiantes, trabajadores y profesionales.
Pero Madrid no oye tanto clamor.