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Publicado: domingo, 5 febrero, 2023

La lacra del suicidio, también en Dénia: "¡Todas las noches pienso por qué!"

OPINIÓN

JULIO MONFORT

  • «Una mujer dianense me contó: "Dos hermanos míos se quitaron la vida, y uno aparentemente estaba fenomenal, y cuando se fue de repente no me lo podía creer"»
  • «Nuestro paraíso climático, turístico y gastronómico está también inmerso en esta lacra tan poco visible sorprendentemente con una prevalencia superior a la de otras comarcas»

Hace unos días recibí un impactante y a la vez conmovedor mensaje de una mujer dianense. “Te escribo por que he visto que hablas mucho sobre salud mental, un tema que le interesa a poca gente pese a lo importante que es y sobre del que tenemos mucho que aprender”. A continuación explica: “La mente es muy compleja, lo sé muy bien por que dos hermanos míos se quitaron la vida, y uno aparentemente estaba fenomenal, y cuando se fue de repente no me lo podía creer, todas las noches pienso por qué!”.

Ante este testimonio, tan desgarrador cono valiente y sincero, es difícil cruzarse de brazos. Porque en 2021 se registraron en España 4.000 suicidios, con un incremento anual del 6,5 por ciento. Y aunque ese aumento es especialmente notable entre los más jóvenes, el mayor porcentaje se sigue produciendo entre los mayores de 65 años. La pobreza y la soledad suelen ser denominadores comunes. También la presencia de algún problema mental, sobre todo depresiones, en más del 50 por ciento de los casos.

Otro dato relevante es la muy elevada diferencia de género. Los hombres se suicidan tres veces más. Es un dato que debería implicar algún tipo de reflexión o análisis de las causas. Por otro lado, se calculan en 8.000 las muertes accidentales en el mismo año que podrían encubrir actos suicidas, en particular las derivadas de sobredosis de medicamentos.

La lacra del suicidio, también en Dénia: "¡Todas las noches pienso por qué!"

La Marina Alta, un paraíso climático, turístico y gastronómico, está también inmersa en esta lacra tan poco visible, sorprendentemente con una prevalencia superior a la de otras comarcas. En 2018, el digital Diario.es publicó: “La Marina Alta lidera la tasa de suicidios en la Comunitat Valenciana”, según el Observatorio Valenciano de Salud. Pese a que la noticia excluía cifras concretas, las memorias de intervenciones de la Policía Local de Dénia dan una idea de la creciente magnitud el problema. En 2020 se registraron 31 actuaciones por intentos de suicidio. En 2021 fueron 68, más del doble. Según la OMS se estima que por cada diez intentos se consuma uno.

Pese a estas cifras, las nacionales y las comarcales, la pasividad y la inoperancia gubernamental en los tres niveles administrativos sigue siendo exasperante. Nadie asume ninguna responsabilidad, ni política ni sanitaria, ni ofrece explicaciones, lo que equivale a mirar para otro lado o hacerse la avestruz. Un teléfono de prevención del suicidio (024), anunciado hace un año por el Gobierno como un gran paso, es a todas luces insuficiente. Y las cifras que deparará 2022 serán similares o quizás superiores mientras el sistema de Salud Mental siga siendo tan precario, limitándose a recetar antidepresivos y ansiolíticos que quizás surtirán efecto a las seis u ocho semanas en pacientes desesperados y concediéndoles una cita en Psicología de poco más de media hora cada dos meses en el mejor de los casos.

Muchos expertos demandan un plan de prevención del suicidio y la creación de una red asistencial completa. Caso omiso. Por lo visto para el suicidio, 4.000 muertes al año, no hay dinero o no resulta electoralmente rentable. Si uno se pone en el lugar de la mujer dianense que envió el mensaje, o en el de los familiares de esas 4.000 personas que se quitaron la vida, la desesperación y la indignación son más que comprensibles. Por que muchos de esos suicidios se podrían haber evitado con una gestión más adecuada y, obviamente, con más inversión en recursos. Hablamos de vidas humanas, y no de gastronomía.

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Mostrando 4 Comentarios
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  1. Julio Monfort dice:

    Gracias Luis por su comentario

  2. Mari dice:

    La pérdida de valores pasa factura, no vale todo. No se puede vender la tierra, la identidad… la adoración al dinero trae eso. Antes eran pocos los que se suicidaban. Ahora casi todo es un sinsentido, pero la gente contenta, no se para a pensar, trabaje esclavizado de traje o con mono, da igual, nos hemos olvidado de lo importante, de la vecindad, del trabajo común, de la familia, del honor, de la palabra, poderoso caballero don dinero…

  3. Luis dice:

    «….La pobreza y la soledad suelen ser denominadores comunes…..»

    «Nuestro paraíso climático, turístico y gastronómico está también inmerso en esta lacra tan poco visible sorprendentemente con una prevalencia superior a la de otras comarcas»

    Fijate tú, tan turísticos y tan pobres.

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