Sandra Navarro: "Todavía hay que romper con los estereotipos de género dentro de la moda"
MARIANNE LÓPEZ GRIÑÓN - HAKKOER.
Un diseño de la estudiante gandiense Sandra Navarro ha sido seleccionado para ser expuesto en los stands de la Feria Internacional de Moda Infantil. Esta feria es conocida por su acrónimo FIMI y se celebrará del 17 al 19 de febrero en Valencia. El evento acogerá la mayor oferta expositiva de moda infantil y juvenil del momento. Además, también se incluirá en este acontecimiento al mundo de la puericultura y los accesorios bajo la fórmula BABYKID SPAIN.
Sandra Navarro nació en Gandía, aunque vivió durante toda su adolescencia en Dénia. Actualmente está cursando el tercer curso de Diseño de Moda, carrera que se imparte en l’Escola d’Art i Superior de Disseny de València. Formación que combina en paralelo con el estudio de un Grado Superior de Interpretación de viola en el Conservatorio Superior de Música de Valencia.
-En la primera edición de FIMI se consiguió reunir a más de 350 firmas de moda. ¿Qué supone para ti participar en esta segunda edición?
-Es un pequeño gran logro, que me hace mucha ilusión. El año pasado se canceló debido a la pandemia de COVID-19, por eso no me esperaba poder participar este año. Otro dato que me preocupaba es que sólo hay un pequeño porcentaje reservado para los alumnos de tercero. Por eso, definitivamente, estoy muy orgullosa de estar entre los talentos emergentes.
-Creo que al leer tu entrevista mucha gente se estará preguntado: ¿qué se estudia en Diseño de Moda?
-Sí, puede ser, es una pregunta muy frecuente. Diseño de Moda es una carrera muy completa donde aprendes fotografía, ilustración, patronaje, historia y gestión de empresas entre otras cosas. Se podría decir que nos enseñan un poquito de todo para que el día de mañana seamos capaces de crear nuestra propia una marca personal.
- ¿Cuál es la última colección de ropa que has hecho?
-Mi última colección se llama “Glam Blitz”, el nombre viene de una canción. La colección está inspirada en el “glam rock” un subgénero musical que destacó en los años 70, por cierto, este año se van a llevar muchos elementos de esta década. Los diseños están orientados a mujeres fuertes y empoderadas, que se sienten en plena lucha. La ideé como una colección audiovisual, como un nexo entre el universo de la música y de la moda.
Organizar una colección supone mucho trabajo de planificación desde el primer momento. Aparte de encontrar lo visible que serían las modelos, las maquilladoras, el local y la fotografía de Batiste Safont hay una parte práctica y otra teórica. Antes de confeccionar los diseños, hay un trabajo de campo. En este caso, yo investigué los grupos musicales, las portadas de las revistas, la actitud social y los vinilos de la época. De hecho, las formas de los envoltorios de los vinilos me sirvieron de numen. Después vinieron dos sesiones de fotos y el montaje de la presentación.
-Antes de iniciar tus estudios te tomaste un año sabático. Descrito en el mundo anglosajón como “gap year “, que se podría traducir como un año de pausa tras graduarse del instituto y antes de empezar los estudios universitarios. Aunque al traducirlo al español suene a descanso, realmente es una búsqueda vocacional que hace el futuro estudiantado. ¿Qué importancia tuvo para ti?
-La mejor decisión que pude tomar. Siempre he tenido buenas notas y aunque los test vocacionales me daban profesiones relacionadas con mis gustos artísticos, siempre se me intentaba orientar a ciencias, incluso una vez me dijeron que “la moda no era realista sino de soñadora”. Entonces, durante ese año pude aprender costura, arte e idiomas.
- ¿Cómo crees que la pandemia ha cambiado nuestra forma de vestir?
- Al regresar a las clases presenciales, noté que se optaba más por las líneas limpias y los colores claros especialmente el blanco. El cambio ha supuesto una búsqueda hacía la comodidad y los acolchados, un auge del “loungewear” que en pocas palabras se podría describir como ropa para hacer ejercicio que no es para hacer ejercicio. Para este año, se espera que sean tendencia los colores, la gente tiene ganas de que vuelva la alegría. La compañía WGSN también confirma esta predisposición a la explosión de colorido.
-Háblame sobre la relación entre la ropa de segunda mano y la sostenibilidad.
-Esa relación da nacimiento al “upcycling”, se trata de reciclar con fines creativos. Es decir, puedes aprovechar ropa vieja o que no se ha llegado a vender para darles una segunda oportunidad incluso una nueva forma. En otras palabras, usas lo que ya está ahí, “lo ya fabricado” y eso evita gran parte del proceso de producción. El tema de la sostenibilidad, se está empezando a implementar con fuerza en mi escuela. Por ejemplo, nos dan charlas de concienciación ambiental, hemos tratado el calzado circular y a veces invitan a empresas de filosofía eco a nuestras clases. Una de las cosas que más me ha gustado aprender es hacer prendas desde otras prendas, porque da resultados muy chulos.
- ¿Qué le falta a la moda infantil?
-Yo veo que le falta un poco de diferenciación. Todo es más o menos igual, se busca la imagen del niño bombón que al final es más un muñeco impoluto que un niño predispuesto a jugar y a ensuciarse. Esta concepción no ayuda a los niños a expresarse estéticamente. Por otra parte, todavía hay que romper con los estereotipos de género dentro de la moda, especialmente con el dualismo del azul y el rosa. La ropa debe enseñar algo a los niños, debe ser un instrumento que puedan utilizar de forma activa.
-Te queda sólo un año, ¿tienes claro en qué materia te gustaría especializarte?
-Cada asignatura es un tema, todos son ámbitos distintos. Son como cajones que me apetece ir abriendo y disfrutar rebuscando dentro. En un futuro cercano, me gustaría transmitir la ilusión y la curiosidad del mundo infantil al terreno adulto, mediante una indumentaria extrovertida y positiva.