Juan Manuel del Pino y la alquimia ladrillera en Calp
OPINIÓN
JOSÉ LUIS LURI
- «La única voluntad que asiste al matrimonio político gobernante en La Manzanera es la de endilgarle el paquete regalo recalificado al misterioso propietario de los pinos»
- «Ya puede ponerse estupendo el concejal de Territorio y mostrarse digno o bronco: "Por el humo se sabe dónde está el fuego". Ha de llegar el día en que se sepa quién es el beneficiario final de todas esas idas y venidas compensatorias»
El pelotazo urbanístico del dotacional de La Manzanera ha salido mal. Vaya pena ladrillera. Para una vez que el Ayuntamiento de Calp mete un gol por la escuadra en favor de un supuesto interés general, viene el Consell y le enmienda la cartera. «Alguien» colocó en su día un muerto a la mercantil promotora, Cibeldy, S.L., al calificar como suelo dotacional un solar de su propiedad que goza de magnífica orientación y bellas vistas sobre el mar de La Manzanera. De tan complejo uso y desarrollo es este solar, que no existen elementos objetivos o comparativos que permitan establecer su justiprecio con facilidad. Lógico. Vean: se trata de un suelo dotacional para la construcción de viviendas «destinadas a residencia permanente en régimen de alquiler, para colectivos desfavorecidos: personas mayores, discapacitadas o menores de 35 años». Imagínense este residencial para menesterosos dentro de la cosmopolita Manzanera de las murallas rojas y las nobles dachas. ¿Qué vale hoy esta parcela social a precios de mercado? Vaya usted a saber… ¿Nada, quizá, si nadie quiere comprarla?
La voluntad política del concejal de Territorio fue -y continúa siendo- la de adquirir esta parcela de 3.000 m2 de superficie, con la idea de convertirla de suelo dotacional para desfavorecidos a suelo urbano para potentados. Esta recalificación permitiría una edificabilidad de unos 3.000 m2 también de obra sobre la parcela. Este volumen podría traducirse en la construcción de 30 viviendas de lujo en cuatro alturas, todas ellas poseedoras de una excelente ubicación y mejores vistas. ¿Nuevo valor de mercado del solar tras la transmutación pinera? Unos dos millones de euros, comisión arriba, comisión abajo.
Juan Manuel Del Pino continúa desarrollando sus obsesiones urbanísticas en esta partida, vecindad donde él reside. A la controvertida permuta de la Operación Calalga -asunto que, mucho nos tememos, no ha de terminar bien-, que consagra su fontanería legal para financiar la restauración del Club Social de La Manzanera, se suma ahora la adquisición del solar referido en el antecedente, que también serviría, en un tres en raya, para permutar, compensar y proteger la pinadita costera de la mismísima urbanización. El problema ha surgido cuando el Consell observa que en el expediente municipal no se ha justificado suficientemente la necesidad y conveniencia de este intercambio urbanístico, así como por falta de equivalencia de los valores y límites de la permuta que se plantea.
Por lo tanto, la Concejalía de Territorio pretendía garantizarse con el acuerdo la titularidad de este solar neo edificable en La Manzanera -que hemos valorado en unos dos millones de euros tras la recalificación- a cambio de la transmisión compensatoria a Cibeldy, S.L. de tres parcelas de terreno en partida Cocentari II, de propiedad municipal, de unos 800 m2 cada una, destinadas a la edificación de tres chalets aislados. Unas parcelas «flojitas», con pocas vistas, que apenas superarían un valor conjunto en venta de 450.000 euros. Pelotazo concejil. ¿Por qué tragó Cibeldy, S.L. con este apaño, siendo su octogenario representante perfecto conocedor del tejemaneje -tuvo que firmar mil veces este reconocimiento expreso en el expediente para evitar líos y posteriores reclamaciones- que perseguía el equipo técnico habitual con la recalificación de su solar? La respuesta es que el valor de mercado de su suelo dotacional, como hemos explicado, es de difícil determinación, por no decir que nulo a efectos de su venta en estas condiciones. Más le valía a la mercantil aceptar un pésimo acuerdo que persistir en el limbo de la propiedad de un suelo sin demanda por su destino de utilidad social.
Habrá que reconocer que en este caso el alquímico Del Pino, empecinado en convertir el plomo manzanero en oro medioambiental, equivocado o no, persigue lo que él entiende como un bien de interés general. Su decisión al respecto será opinable, pero hoy por hoy él es quien ordena y manda en el asunto, acompañado y respaldado por las dos alcaldesas y todo el mariachi popular. Volverá a la carga, a por esta parcela, por distinta vía, la cafetera técnica ha vuelto a ponerse en marcha para darle su toque mágico: adquirirla, recalificarla, y compensar en parte y de esta forma a los dueños del pinar. Ya está en ello, con un informe ambiental de parte en mano para darle enjundia al operativo. A los de Cibeldy los van a zurcir mucho. ¿A qué empresa promotora local se le ocurre consentir un marrón dotacional de este calibre en terrenos junto al mar? Algo raro sucedió en el pasado de esta historia, algo que en parte ignoramos pero suponemos.
Durante el reciente pleno municipal en que se debatió este asunto, el portavoz socialista, Santos Pastor, propuso la adquisición del solar de Cibeldy por el ayuntamiento, para destinarlo así al uso de carácter social que contempla su actual calificación urbanística. Esta propuesta bienintencionada fue muy bien recibida desde los púlpitos de la derecha, y ampliamente aplaudida con cinismo por el matrimonio político gobernante en diálogo de besugos, toda vez que la única voluntad política que asiste a la pareja es la de endilgarle el paquete regalo recalificado al misterioso propietario de los pinos.
En este punto estuvo fino Paco Quiles, portavoz de Defendamos Calpe, quien sabe con buen criterio que en todo este asunto del pinar carrasco hay algo que no cuadra. Ya puede ponerse estupendo Juan Manuel Del Pino y mostrarse digno o bronco: «Por el humo se sabe dónde está el fuego». Ha de llegar el día en que se sepa quién es el beneficiario final de todas esas idas y venidas compensatorias. Sorprenden muchas cosas. La primera y principal, que el promotor rehúse a edificar en esta primera línea privilegiada, si legalmente puede hacerlo, y acepte a cambio una suerte de retales de terreno. Demasiadas prisas y demasiadas pausas. El tiempo vuela y la legislatura pasa.