• A pesar del histórico caso del segundo residente que se asomó a Marqués de Campo «a echar un vistazo», los casos de desplazados han sido llamativos pero puntuales según las cifras oficiales
• Desde Madrid apuntan a que incluso ha habido «una falsa percepción en los pueblos del litoral»
• Los turistas que se hallan en la Marina Alta antes del 16 de marzo han de demostrar que estaban aquí en esa fecha con tikets de compra o mensajes de teléfono móvil

Captura de uno de los vídeos en los que se podía ver el miércoles las salidas de Madrid colapsadas de tráfico.

Aquellos vídeos del pasado miércoles por la tarde en los que podía observarse la autovía de salida de Madrid hacia València totalmente colapsada por una caravana de automóviles que intentaban viajar hacia el Mediterráneo desataron todas las alarmas. Ya no solo en la Comunitat Valenciana sino en Murcia o en Andalucía. Se temía en esta Semana Santa otro éxodo masivo de madrileños hacia los destinos de costa como el que tuvo lugar durante el fin de semana del 14-15 de marzo, justo antes de que el Gobierno declarara el confinamiento; entonces todavía era lícito viajar pero aquellos desplazamientos causaron una honda indignación ética porque Madrid era ya el principal foco del coronavirus. ¿Qué ha sucedido ahora?

Determinarlo con exactitud es complicado, pero las fuentes consultadas por este diario arguyen que en poblaciones como Dénia, Xàbia o Calp sí se han desplazado segundos residentes pero han sido sobre todo casos puntuales que en total y sumando las tres poblaciones pueden contarse por algunas pocas decenas.

No ha habido pues avalanchas pero tampoco se puede negar la mayor: sí se han desplazado algunos turistas. Ya en una fecha tan temprana como el pasado domingo, la Policía Local de Dénia interpuso la primera denuncia a un matrimonio que reconoció haberse desplazado hacia su segunda residencia en esta ciudad, donde por si fuera poco tuvo que viajar también de forma prohibida -iban juntos un matrimonio y el hijo en el coche- a la búsqueda de alguna farmacia porque habían olvidado su medicación. Y estos casos se han venido repitiendo: también en Dénia se produjo después el famoso caso del segundo residente que ya instalado en su apartamento había ido a Marqués de Campo a «echar un vistazo».

Quizás son estas actitudes tan frívolas las que han multiplicado la preocupación de los vecinos de la Marina Alta pese a que la cuestión numéricamente no haya sido tan gruesa como se temía: para los vecinos de la comarca, que llevan ya tanto tiempo confinados sin rechistar, es muy difícil entender la actitud de algunas personas que son capaces de saltarse, esquivar o mentir en primer lugar en los controles de su población de origen, conducir durante varias horas por no debían de conducir y acceder después a los destinos del litoral sabiendo que también allí pueden verse con policías o guardias civiles.

Ahora bien, sí que ha existido un problema real. Es real que las policías locales de Dénia, Calp o Xàbia han intensificado sus controles durante esta Semana Santa precisamente para prever nuevos éxodos con la ayuda de Policía Nacional, Guardia Civil o incluso el Ejército; y que Calp, que ya tenía cerrado uno de sus accesos, decidiera clausurar otros dos.

Tampoco pueden desdeñarse las apreciaciones de vecinos alertando de la presencia de gente nueva en los apartamentos turísticos, de un incremento de colas en los supermercados... Es verdad que muchas de esas impresiones pueden ser aceleradas o subjetivas pero no todas. Y Comisiones Obreras alertó ayer de que en la vecina comarca de la Marina Baixa se ha producido un incremento en las atenciones sanitarias a desplazados durante los últimos días.

Por cierto, que no habría que «estigmatizar» a la Comunidad de Madrid agregan las mismas fuentes. El problema no es solo de ese territorio autonómico. Se han producido desplazamientos desde otras comunidades e incluso dentro de la propia Comunitat Valenciana.

¿Ha habido sicosis?

Es precisamente desde Madrid donde no ven el tema de la misma forma. Y donde incluso apuntan a que ha existido una cierta dosis de sicosis. El Pais publicó ayer un reportaje bajo el título Los turistas que nunca llegaron en el que se afirmaba que «la preocupación social por la llegada de foráneos genera una falsa percepción en pueblos del litoral».

Tal información se acompañaba con una imagen de una de las autovías de salida de la capital de España totalmente vacía de tráfico. Nada que ver con aquellos vídeos con carreteras atestadas de colas de coches que, según la Dirección General de Tráfico se habrían debido a los propios controles policiales. Es verdad que el mismo rotativo sí informaba en otro artículo de que la perspectiva de la Semana Santa había producido un incremento de sanciones durante los últimos días en todo el Estado.

¿Qué se hace con los desplazados que ya están aquí?

Como ya adelantó Calp, todos los controles tienen la capacidad de devolver a sus lugares de origen a aquellos vehículos que intenten acceder a la comarca violando el estado de confinamiento. También saben eso en Dénia o Xàbia. Pero eso solo se puede hacer justo en el momento en el que se intercepta el vehículo a su llegada, cargado de maletas. Si al automóvil en cuestión se le intercepta ya en un desplazamiento interior una vez que sus ocupantes han dejado los bártulos en sus apartamentos se les sanciona pero no se le expulsa. Es un «criterio de proporcionalidad».

Hay otra cuestión más delicada. ¿Qué ocurre con aquellos segundos residentes que llegaron a la comarca antes del decreto del confinamiento a mediados de marzo y que por lo tanto no incumplen el estado de alarma? Tienen todo el derecho del mundo a estar aquí. Pero si son interceptados por cualquier control policial han de demostrar que vinieron antes de aquel 16 de marzo a través de un ticket de compra, algún mensaje de móvil, un recibo de agua....