Diez años de homenajes a las brigadas internaciones en Benissa
- Durante una década el municipio ha rescatado de la desmemoria los diez brigadistas foráneos que están enterrados en su cementerio, el hospital que gestionaron hasta abril de 1938 y los ideales de quienes vinieron a luchar por las libertades durante la Guerra Civil
- En estos años han regresado un miliciano francés de 95 años, la hija de un médico austriaco que nació en la localidad durante el conflicto o un traductor español que participó en la Batalla del Ebro
Por ellos comenzó todo. Por Jou Luet (de nacionalidad desconocida), Boleslaw Cugowski (Polonia), Giovanni Monego (Italia), Alill Begovitsch (Yugoslavia), Charles Ferrand (Francia), Emile Krochner (Francia), Maurice Cornetti (Italia), Jean De Lucis (Italia), Rudolph Heinisch y Robert de Lisle (Francia). Por recordar estos diez hombres fallecidos en Benissa entre junio de 1937 y marzo de 1938 que vinieron a luchar por la II República enrolados en las Brigadas Internacionales. Por no olvidar nunca sus nombres.
Por todo eso, Benissa lleva ya diez años celebrando cada otoño en su cementerio un homenaje en memoria de todos estos tipos con coraje que un día voluntariamente decidieron abandonar su tierra natal, viajar a un pobre y perdido país y combatir en una guerra contra el fascismo. Y perderla. Y dejarse la vida en ella. Con el acto que tendrá lugar este domingo 25 a las doce del mediodía se cumple el décimo aniversario de una conmemoración organizada desde sus inicios por el Casal Cultural y en la que jamás ha habido discusiones ni controversias: todas las fuerzas políticas la han apoyado.
Médicos judíos en un antiguo convento franciscano
Benissa siempre tuvo una honda vinculación con las Brigadas Internacionales, que cuentan incluso con un monumento de Rafael Carrió inaugurado en 2007. Este cuerpo militar dispuso aquí de un hospital –el convento de los franciscanos, incautado por el gobierno republicano– que desde la retaguardia acogía a los brigadistas heridos. Muchos de sus médicos eran judíos. Según las investigaciones del historiador Robert Llopis, cuidaron de soldados alemanes, austríacos, británicos, norteamericanos y a un neocelandés.
Además de la asistencia médica, había en la Casa dels Feliu otro centro para tuberculosos y hogar para los niños evacuados que gestionaban los propios internacionales. El hospital fue evacuado en abril de 1938 pero estuvo abierto hasta el fin de la guerra.
Los homenajes en el camposanto han ido además acompañados, con la implicación de la Seu Universitaria, de conferencias y exposiciones que han convertido a Benissa en un lugar de encuentro para reflexionar sobre aquellas décadas de 1930 y 1940 que desgarraron a Europa.
Lo mismo sucederá este año: el profesor norteamericano Robert Coale, miembro de ALBA, una asociación de amigos de la Brigada Abraham Lincon, hablará sobre la participación de los soldados republicanos españoles en las fuerzas militares de la Francia Libre, la famosa 9. La conferencia de Coale, bajo el título «La imagen del soldado español en la División Leclerc durante la Segunda Guerra Mundial» tendrá lugar este viernes 23 a las ocho de la tarde en la Seu.
Una cronología de regresos
A lo largo de esta década, estas feroces revueltas contra la desmemoria han ido acompañadas de acontecimientos y regresos calados de intensidad:
Noviembre de 2006. Las primeras flores. El 6 de noviembre de 2006 más de 150 personas se reunieron en el cementerio nuevo de Benissa donde habían sido trasladados los restos de los brigadistas para depositar las primeras flores sobre sus tumbas. El brigadista holandés Allan Crhistiansen, presente para la ocasión, dijo: «Los voluntarios querían luchar en España porque sabían que el fascismo se estaba imponiendo en Europa. Si España caía probablemente otros países irían detrás».
Noviembre de 2007. Un alcalde del PP condena el franquismo. Causó cierta repercusión nacional el hecho de que el alcalde, el popular Juan Bautista Roselló, condenara el franquismo de forma tajante: dijo que los voluntarios acudieron a Benissa «para defender una de las dos plagas que azotó España y el resto del mundo, el fascismo».
Abril de 2013. La hija de un brigadista regresa al lugar donde nació 75 años después. Juanita Hannah Kaiser nació en el hospital de los brigadistas de Benissa el 5 de febrero de 1938 porque sus padres, miembros de las Brigadas, eran un médico y una enfermera austriacos que trabajaban allí. Huyeron de España por Cataluña. 75 años después, Kaiser se reencontró con las calles que la vieron llegar al mundo. Dijo que decidió regresar gracias a lo que su padre contó en su diario sobre la Benissa de los años treinta: «Es un lugar bonito, pero la guerra es muy dura y tenemos que trabajar». Aún así, su progenitor calificó los dos años que pasó en España como «los más importantes de su vida».
Noviembre de 2014. Un traductor en el Frente del Ebro. El último acto en el cementerio contó con otro visitante de excepción: el de Patricio Azcárate, excombatiente republicano que trabajó como traductor de los brigadistas en el Frente del Ebro. El papel de Azcárate y de otros traductores fue fundamental debido a los graves problemas de comunicación entre los soldados procedentes de países de toda Europa y el Ejército Popular Español.
Abril de 2015. Retorno de un brigadista a los 95 años de edad. Visitó Benissa el miliciano francés Joseph Almudéver, de 95 años de edad, quien combatió por la República en la 129 Brigada Internacional. En el fin de la guerra, fue apresado en el puerto de Alicante, pasó por varios penales franquistas y regresó a Francia en 1947. Almudéver posó con una bandera republicana en el Parc dels Internacionals, donde se encontraba el antiguo sanatorio, y presentó su biografía Pobre República. Memorias de un miliciano y brigadista.