¿Nos creemos que Dénia es igual que Granada? Pues no
EDITORIAL
El Ayuntamiento de Dénia podrá enfadarse porque se le achaque que la conmemoración del milenio de la taifa islámica apenas ha tenido repercusión, pero es que no la ha tenido. Y eso es lo que hay: ahora mismo, es posible que el 95% de la población de la ciudad (punto porcentual arriba o abajo) aún no sepa -al menos que lo haya leído en prensa- que hace exactamente diez siglos un caudillo llamado Muyahid paseó el nombre de Dénia por todo el Mediterráneo y que eso es lo que se está celebrando.
Da la impresión de que el gobierno local de la ciudad piensa una cosa, dice otra y hace aún otra distinta. Porque lo que no puede ser es que la concejala de Cultura, Pepa Font, asegure a los periodistas que "espera contar con la implicación de toda la ciudadanía para que durante el aniversario Dénia recupere el esplendor que tuvo hace mil años" y después, a la hora de la verdad, ni se cuente con la ciudadanía ni se le otorgue a la ciudad esplendor alguno.
¿En qué va a consistir realmente una efeméride que se quiere prolongar hasta 2015? Pues por ahora y visto lo visto en un ciclo de conferencias sobre la época de las taifas, en visitas al Castillo, en organizar parte de un congreso científico cuyas sesiones principales tendrán lugar en Alicante –con que poco nos conformamos– y en intentar programar –aún sin financiación clara– una exposición y unas visitas de expertos a las ciudades que en el siglo XI mantuvieron relaciones con la Daniya islámica.
¿Es suficiente? Por supuesto que no.
Nadie está criticando el cariz académico que se le ha dado al aniversario: por el contrario, que expertos como Guillem Roselló vengan a Dénia para relatar las insólitas andanzas de Muyahid en Cerdeña tiene un gran valor. Pero esa conmemoración, casi única en España y en Europa, no puede ser sólo de los académicos. También debe pertenecer a la gente. Es más, no se le debe de hurtar a la gente. El arqueólogo municipal, Josep Antoni Gisbert, dijo que en términos del Al-Andalus, "Dénia fue -y es-igual que Granada, pero hay que creeérselo". El problema es que el gran público conoce a grandes rasgos la historia de la taifa de Granada, sabe que fue el último reino musulmán en la Península y conoce la archiconocida leyenda de Boabdil llorando por la ciudad perdida, pero cambio muy pocos ciudadanos, de Dénia y de fuera de Dénia, saben quien fue Muyahid. La directora general de Cultura, durante el acto inaugural, apenas sabía pronunciar su nombre.
Por lo tanto se ha de trabajar para que el milenio adquiera un cariz popular. ¿Cómo? Hay muchas alternativas. Organizando actos lúdicos por los barrios de la ciudad con el apoyo de la ETC y otras entidades culturales y empresariales, ofreciendo rutas temáticas de vocación histórica no sólo dentro del castillo sino también fuera para que toda Dénia se impregne del aniversario, contactando con Aehtma para que los restaurantes realizaran programaciones gastronómicas vinculadas a la cocina andalucí, incorporando las habituales citas culturales del verano como es Música al Castell al calendario de actos para potenciar la cultura islámica, organizando veladas literarias -Muyahid fue un gran protector de poetas o literatos-, implicando en el invento eventos artísticos como la Flexió Verbal o contactando con la Fundació Baleària, siempre interesada en reforzar los vínculos entre Dénia y las islas de los que la taifa fue pionera.
Ninguna de estas actuaciones habría costado por cierto demasiado dinero, dicho esto antes de que el Ayuntamiento acabe por caer en la tentación de achacar a la falta de euros la ausencia del esplendor prometido, que se ve venir. Porque ahora mismo y por desgracia no nos creemos que Dénia sea igual que Granada. No nos lo creemos ni de lejos.